Está oscuro y casi no te veo... Si no te hubiera desnudado con el olfato no sabría quien eres. Amo tu olor como a tu espalda. El alcohol, y el tabaco traen resaca. La cabeza me estalla, tus ojos me duelen.
El cuarto es el mismo, las sombras no existen. Las vergüenzas no entran y se quedan con los mirones en la puerta. Me encantas vestida semi desvestida. Adoro tus juegos y como caminas hacia mí.
Te recuestas sobre los estragos de un joven harto de pecar. Me recorres con el aliento. Sueño haber acabado el acto amatorio para desearte otra vez. Tus manos no me tocan, me mienten; me llevan a donde quieras, me pintan el sol, la luna, el mar, la puna, mi cuarto o el tuyo.
Me dejarás algún día, preguntas sin preguntar. Así me vaya no te dejaré, no te respondo. Eres mía... y ahora te vas preguntando lo no preguntado. Te amo, me dices. No me dejes, te susurro cerca a la boca. Ten paciencia y olvida el pasado, le ruego a tu cabello.
Y da igual porque el para siempre dura lo que tu enojo y mi orgullo permite. Te vistes ya en la puerta de tu casa, me abandonas y dejas mis culpas. Te amo y te vas. Te extraño y te amé.
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