Nada ya es claro,
las mesetas inundadas por mares
bagan sin rumbo
a la nada, a algún puerto.
Los martes vuelan,
las fechas abandonan las noches
y sin nada a espaldas
se marchan, se mueren.
Los panfletos ríen,
saben de la sal en la yaga
solo miran callados
no comentan, no nada.
Se escriben ya solas,
las palabras sabidas últimas
de los peces que abandonan
sin despidos, sin bienvenidas.
Con nariz de venganza,
miran como giran y marchan
la coca y el humo
de tus ojos, de la paga.
Duele y el sol sabe,
de la noche los secretos
y los abusos de una inspiración
de whiski, de cantos.
Porque ya las bellas,
que murieron en el Tibet
con los recuerdos y esperanzas
aún esperan, aún sueñan.
Y los ases perdieron,
el humo se marcha solo
como retratos de perros
adiós vida, adiós vida.
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