domingo, 4 de mayo de 2008

Misiva de despedida

Perdón por no despedirme antes. No es que no quisiera, es que no podía, no encontraba la forma para decirte adiós. En realidad no encontraba la forma, ni tenía los huevos para despedirte.

Haz de estar bien, que bueno porque yo no. La mirada que me diste cuando te levante en mis brazos no me tranquilizó, aunque sé que eso tratabas. Pero que quieres, carajo aún no entiendo como diez minutos antes estabas a mi lado y me jodias alegrándome la vida, para luego yo mismo sentir como morías... como te me ibas.

Fuera de mí, todos están mejor, creo que Iris ya entendió que no fue su culpa. Sí, nos haces falta, pero sé que no te gustaría vernos mal. Siempre nos arrancaste sonrisas y nos llenaste de ternura; al final eso eras... ternura materializada.

Quisiera putearte, revivirte para volverte a matar a gritos. Eres un grandísimo irresponsable, por qué mierda no te quedaste a mi lado, no te dabas cuenta cuánto nos importabas; mira ahora la falta que nos haces huevón.

Perdona, no quiero recriminarte ese no es el fin de esta misiva, pero hijo te extraño. Sé que no te volveré a ver y eso me carcome las entrañas y me llena de rabia. Todavía te siento a mi lado en la cama, peleandote con tu cola, los globos, tus juguetes. Tu cara, tu manera de dormir, tu alegría... todo se quedo, me dejaste todo y ahora yo no sé que hacer con eso.

No me quiero alargar más, me atiborro de sentimientos y ya no puedo escribirte, asi que mejor ya me despedido. Por último quiero darte las gracias por permitirme amarte como te ame y por darme todo el cariño desinteresado y abundante que me brindaste.

Pd. Alianza perdió, no he visto las escenas repetidas del clásico, no puedo me recuerdan a todo lo que pasó. Bueno ahora si hasta que a Dios se le antoje juntarnos. Chau Pepo.

Manuel

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