lunes, 29 de diciembre de 2008

Bitácora de un escarceo I (NOVELA)

Es complicado. La habitación se achica poco a poco. Las paredes blancas con sus cortinas raras se acercan cada vez más. Al parecer no hay salida y el aire empieza a escasear. Soy un escarceo del destino, pienso. El resultado del karma, de la venganza de la vida.

No está oscuro, pero sí callado. Una que otra mujer de alguna pasada fantasía viene a verme con una sonrisa fresca, prestada y desubicada. Leo, o al menos eso trato. Me jode el cuerpo y el dolor a veces se intensifica. Debería dormir y ya. Todo pasaría, descansaría. ¡Maldito insomnio! ¡Maldita memoria!

No puedo fumar y eso empeora la situación. Nada como un cigarro para aliviar las penas y ayudar a olvidar, claro, siempre y cuando el mentado bastoncito incandescente que sirve para producir cáncer esté acompañado por un buen whisky o una cerveza bien helada. Sí, eso estaría bien, una cerveza bien helada para calmar el demencial calor de la madrugada, además eso sirve para dormir. Como cuando andaba deprimido y dos cervezas servían para relajarme, más que el sanax, creo.

Huele a ella. No es el cuarto porque nunca estuvo aquí, ni estará. Huele a ella y es placenteramente malévolo. Un sentimiento de amor olvidado, de amor deprimido, de amor con cristales rotos y muñecas ensangrentadas. Que bien se siente estar mal. Puedo cerrar los ojos y delirar con su presencia ausente. Con su amor deseado. Con el recuerdo de un beso.

Ahora estoy dándole de comer al dolor. Viviendo solo y encerrado esperando una puta decisión. Debo salir de acá. A lo mucho aguantaré un par de días y luego tendré que escapar. Hace unas horas mientras dormía un poco soñé que huía, que había logrado sortear los avatares de la desdicha y a la seguridad y podía irme. Caminaba a la nada y la veía a lo lejos sonriendo con alguien más. Él le cogía la mano y ella desbarataba su defensa fijando su mirada en los ojos de aquel hijo de puta que estaba terminando de joder mi existencia. Desperté atiborrado de sudor y lágrimas. ¡Carajo! Ahora como mierda me quito esto que está mojado. Qué bien ahora una pulmonía me podía hacer presa fácil de su antojo.

Ya está amaneciendo y pronto la ronda me descubrirá divagando. Mejor trataré de dormir y ya veré luego.

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