jueves, 26 de julio de 2007

Perdonen mi pena y qué!

Algún día la noche con sus largos brazos
y tremendas mañas, me llevará
y lejos de volar y bailar el viento,
tan largo, tan tenue me ha de extrañar.

Porque a la sombra siempre estuve,
fuera de la rima y la prosa, ahí tan oscuro
en los adentros de la soledad
escondido escribiendo libros de secretos.

Y recordé que a la tumba te llevas
más de un cuento, de esos que odias,
de esos que escuchas, entre la eternidad
ha de esperar un ángel su historia.

Años pasan al querer tenerlos, los he extrañado
nunca lo he escondido, me muero,
tan vivo y estoy muerto en ostentar
respirar y caminar y conversar.

Mil perdones por mi vida a los de la verdad,
de quienes vengo, nunca un nunca
de barreras he tenido, siempre un vuelve
a mis ojos han llorado, han pedido.

Ergo necesito de mis sueños y sus ojos
que me vean en el sofá, tan quieto, y sonríes
mi sonrisa y lo feliz pinta paredes
de esas que antes la desesperación teñía.

Porque algún día la noche con sus largos brazos
y tremendas mañas, me llevará...
entonces vendrán los dos y me rescatarán

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